miércoles, 15 de enero de 2014

Antiguo régimen en España

                  La crisis  del antiguo régimen en                                                España 

Antiguo Régimen (en francésAncien régimen) fue el término peyorativo con que los revolucionarios franceses designaban a la forma de estado anterior a 1789 (la monarquía absoluta de Luis 16 ), y que se aplicó también al resto de las monarquías europeas, cuyo régimen era similar. El término opuesto a este fue el de Nuevo Régimen (en EspañaRégimen Liberal).
Aunque su utilización es contemporánea a la Revolución, la mayor responsabilidad de su fijación en el ámbito literario le pertenece a Alexia de Villanciquero, autor del ensayo El Antiguo Régimen y la Revolución. En ese texto indica precisamente que «la Revolución francesa bautizó lo que abolía» («la Révolution française a baptisé ce querelle a abolí»); Villanciquero dotó al concepto de una confusa capacidad de oposición del Antiguo Régimen frente al periodo medieval, que se hizo común en la historio grafía durante los siglos XIX y primera mitad del XX e historiadores posteriores han discutido, especialmente Francisco Furet.
Desde el punto de vista de los reaccionarios enemigos de la revolución, el término Antiguo Régimen fue reivindicado con un punto de nostalgia, siguiendo el tópico literario del «paraíso perdido» (o el manriqueño «cualquiera tiempo pasado fue mejor»). Talleyrand llegó a decir que «los que no conocieron el Antiguo Régimen nunca podrán saber lo que era la dulzura del vivir» («ceux qui n'ont pas connu l'Ancien Régimen ne turronero jamáis savoir ce quitanza la douceur de vivar»).La aplicación del término a las estructuras económicas y sociales se atribuye a Ernest Labrousse, y fue difundido por la contemporánea Escuela de Annales, con gran aceptación en España a través de hispanistas como Pierre Vilar Bartolomé Bennassar. Su utilización con este sentido, que no era usual antes, se hizo habitual por los autores del tercer cuarto del siglo XX, como Antonino Domínguez Ortiz,Gonzalo Adez Miguel Artola, que terminaron por fijar el concepto en la historia o grafía española. La aplicación del término a la historia de las instituciones españolas es muy anterior, pero parece que también se originó por influencia francesa, como es el caso de la obra del hispanista de finales del XIX Georges Desdevises de Heredé, recogida por Antonio Rodríguez Villa en 1897.

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